Fuerza, identidad y libertad
“Ya no acepto las cosas que no puedo cambiar. Estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”: Angela Davis.
Por Fabrina Acosta-Contreras
Hablar de las mujeres guajiras significa hacer referencia a seres de luz, revolución y firmeza; son ellas la mejor metáfora de los cactus que ante la inclemencia no se mueren, sino que reverdecen, que no negocian su derecho a soñar, aunque las circunstancias no sean las mejores y que rabiosamente disputan su derecho a ser felices, a vivir en paz, seguras y libres.
Son un vallenato bien jalao, un nordeste riohachero, una oleada de mar y un río crecido que no se detiene ni siquiera ante el miedo.
Estas letras son dedicadas a una guajira que con honores representa nuestra identidad: Yira Arredondo Ballesteros, rotundamente negra, feminista, identitaria, indígena y pluralista, una mujer que reconoce el derecho de respetar las diferencias y las diversidades, que está hecha de valentía y cuando habla no titubea en sus criterios.
Ella se describe como mujer, mamá de Victoria y Luca. Hija de Cecilia Ballesteros Alarcón
y Hernán Arredondo Arteche, Hermana de Marian, Rossana, Lynda, Rosalba y Hernán Mauricio. Prima, amiga, tía, sobrina, comadre, en general, infinitamente ella.
Ciudadana y conquistadora del mundo
Una ciudadana del mundo, que un día como las aves decidió migrar con la determinación de asumir el costo humano (emocional, social y cultural) que esto representaba y con la maleta llena de sueños, miedos, esperanzas y páginas en blanco que esperaban ser escritas con miles de historias.
Es periodista, actualmente es redactora de Informativos en la Radio Pública de Canarias y su voz se escucha con sabor a Guajiridad, interseccionalidad, inclusión, diversidad, reivindicación y defensa de los derechos de todos, todas y todes. Eso es inspirador para quienes creemos en la transformación social y que el silencio nunca será la salida, porque necesitamos deconstruir paradigmas opresores y de discriminación que nos impiden avanzar.
Su relato de esa decisión de conquistar nuevas realidades informa de la grandeza de su Ser:
“Me fui de Colombia el 13 septiembre de 2001. Ya era madre, de una niña, que en ese momento tenía cuatro años, la tuve que dejar con mi madre y 9 años después la pude traer a España, país donde resido actualmente. No la vi en cinco años, hasta que obtuve mi documentación para vivir y trabajar legalmente en este país. Y tuve que esperar otros cuatro años para que viniera a vivir conmigo. Para ese momento ya su hermano menor había nacido, tenía dos años. La maternidad ha ocupado casi toda mi vida
Esto demuestra que si bien la historia ubica a las mujeres en roles de cuidadoras, resilientes, luchadoras, valientes y todas las cualidades que las hacen una incansable guerrera, la actualidad reclama el derecho de ellas a ser felices, libres, cuidadas y no solo cuidadoras, a ser respetada, a tener tiempo de calidad para descansar, bailar, reír, vivir su erotismo, su sexualidad, su amor propio y en general su YO mujer (real, imperfecto y perfectible) alejado del paradigma de abnegación/perfección que tanto daño le ha hecho al mundo femenino.
Y esto lo confirma Yira cuando comparte una de sus frases preferidas: “‘Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona, aunque piense y diga diferente” interpretación de los indígenas Wayuu del artículo 11 de la Constitución de Colombia.
Yira: Feminista, periodista y revolucionaria genuina
Mucho se podría decir de Yira, una guajira que merece contar su historia a las nuevas generaciones, que tiene la esencia de inspirar a otras a descubrir sus sueños y a no dejarse vencer por los naturales desafíos que enfrenta la humanidad y de manera muy retadora, las mujeres. Para cerrar estas letras le hice estas preguntas:
¿Cómo vives tú yo feminista y periodista?
“Soy mujer. Honro que lo soy. El periodismo es una herramienta, la más poderosa para comunicar que seguimos siendo discriminadas, violadas, asesinadas y explotadas”
¿Cuál es el aporte de las mujeres guajiras como tú a los procesos de transformación social, equidad e igualdad de derechos?
Romper con el machismo y la sumisión que nos ha sometido durante años. Yo he crecido en un contexto de violencia que afectó a todo mi país y muy duramente a mi región, y que hizo aún más vulnerables a mujeres que han tenido que educar en solitario a sus hijas e hijos. Tenemos un contexto que se debe resquebrajar para que las nuevas semillas broten sanas y libres.
Gracias Yira por hacer parte del ejercito de mujeres que no estamos dispuestas a la resignación, al silencio o la indiferencia, seguimos en este tejido planetario de nuevas y mejores realidades con perspectiva feminista, antirracista y libertario. Como reafirmas mediante una de tus frases preferidas «El amor no se dirige a lo bello, como crees, sino a concebir y nacer en lo bello”
Que el amor desromantizado y consciente, la responsabilidad afectiva siempre nos salve y nos oriente. ¡Seguimos!