Con sus recetas Doris Fandiño preserva la cocina casera, típica del Caribe.
En Boston, uno de los barrios tradicionales de Barranquilla, está ubicada la Casa de Doris, donde se cocina sopa y seco, lo típico del Caribe colombiano.
Doris Fandiño tiene treinta y siete brindando este servicio; y ha recibido distinciones por su aporte a la gastronomía de nuestra región.
El menú que brinda es comida casera, típica de la región: sopas de pollo, de costilla con guandules, de mondongo, mote de queso, mazamorra de maíz verde y otras.
Arroz blanco y con coco, posta cartagenera, lengua en salsa agridulce, pollo guisado y pollo en salsa de champiñones, que son más pedidos.
Y no falta el agua de panela, el jugo de corozo y las bolitas de coco que le dan a los comensales para bajar la comida.
A su restaurante, que cada día gana más clientes por su sabor inigualable, no solo llegan nativos, sino además turistas de otras regiones del país y del exterior.
Este restaurante nació por iniciativa de Doris para ayudar a sostener a su familia, pero siempre pensando en conservar el sabor de sus recetas, llevándolo a otro nivel.
Por eso fue exaltada en Sabor Barranquilla 2022 con la ‘Patilla’ y recibió la máxima condecoración de la Asamblea del Atlántico, la Orden de Barlovento en grado de Gran Caballero.
Además de su aporte a la gastronomía le destacaron su servicio a la comunidad y su espíritu empresarial.
La casa donde funciona su restaurante se parece a las típicas del Barrio Abajo. Sus ambientes son acogedores porque reinan el color y la alegría del Carnaval de Barranquilla.
Cuando Doris aceptó la invitación para participar en Sabor Barranquilla escribieron un breve perfil en Internet, donde la retratan como una mujer incansable, independiente y emprendedora.
“Después de casarse con Orlando González y dedicarse a la vida familiar, inició diferentes actividades económicas: un negocio de maduración de bananos en guacales de
carburo, comercializó joyas en oro, vendió ropa americana, montó un negocio de estudiantes pensionados, vendió fritos y helados en los colegios del barrio Boston de Barranquilla y en mayo de 1985 colocó un aviso de ‘se venden almuerzos’ en la ventana de su residencia, es así como nacería la Casa de Doris.
Han transcurrido 37 años desde ese primer día en el que vendió siete almuerzos y actualmente trabaja fuertemente para mantener vivo este emprendimiento del que dependen 32 familias.
Doris es una trabajadora incansable que ha creado un lugar que con su encanto y gastronomía ha dejado huella en las familias barranquilleras y personas que de diferentes latitudes visitan la ciudad, un lugar cálido y afectuoso, donde siempre encuentran el sabor y calidad que con tanto empeño y amor le ha imprimido a su cocina”.
En estos días la Casa de Doris parece la Casa del Carnaval con mucho sabor Caribe.