Ha sido director, productor y guionista de largometrajes, documentales, series y novelas para televisión. Un orgullo del cine colombiano.
Colaboración de Emiluz Jaraba
Su arte ha sido premiado a nivel nacional e internacional. La película ‘La estrategia del caracol’, es quizás la más emblemática de toda su producción fílmica por la vigencia de su temática sobre los problemas sociales de Colombia y Latinoamérica.
Sergio Cabrera Cárdenas, director, productor y guionista de largometrajes, documentales, series y novelas para televisión, ha dirigido series en España y Colombia como ‘La Pola’, ‘El Doctor Mata’, ‘Garzón’ y la muy recordada ‘Escalona’, entre otras.
Es un personaje con una historia de vida realmente interesante, tanto así que la reciente novela del escritor Juan Gabriel Vásquez, ‘Volver la vista atrás’, está inspirada en su vida y la de su padre Fausto Cabrera, también actor y director. Él estudió filosofía y fotografía en China, luego cine en Londres.
Durante su visita al Hay Festival de Cartagena conversó con LA OLA CARIBE y y esto fue lo que contestó en un breve diálogo.
¿Cómo fue eso de estudiar filosofía en China?
Fue muy extraño, ahora me doy cuenta. Cuando entramos a estudiar filosofía fue muy sesgado, con mucho énfasis en el marxismo y en la filosofía clásica China, pero buscando como bases para ensalzar el pensamiento de Mao Se Tung. Pero claro, veíamos los filósofos occidentales. Porque la gente no se lo imagina, pero ellos saben mucho más de nosotros que nosotros de ellos. Recuerde que el libro ‘El mundo de Sofía’ de unas 400 páginas donde, se supone que se revisa la filosofía del mundo, allí la filosofía oriental sólo ocupa una página, o sea toda la japonesa, la china, la coreana, porque para occidente oriente es una cosa extraña o folclórica que poco se estudia.
En cuanto al cine, el sentido estético por toda la complejidad que encierra el guión, la banda sonora, la fotografía ¿cómo funciona en su trabajo?
-Yo tengo todas mis preocupaciones estéticas, artísticas, pero para mí el cine es fundamentalmente un modo de expresión, lo que más aprecio del cine es poder contar historias, en ese sentido podría decirse que soy muy literario. Nunca me he preocupado excesivamente por aspectos visuales, nunca he hecho mucha experimentación visual, ni siquiera narrativa. Conozco muy bien este mundo, pues antes de ser director, fui director de fotografía y tengo una noción muy clara de cómo podría ser más visualmente experimental, pero nunca he querido hacer eso porque le doy prioridad a la posibilidad de comunicarme con el público. El cine experimental, preciosista me gusta. Yo generalmente cuando voy a cine es a ver películas que la gente dice: son películas difíciles, ni lloviendo veo películas de súper héroes. Sin embargo, ese amor que tengo por el cine experimental, el cine de autor, no lo aplico a mi trabajo.
En ‘La estrategia del caracol’ y ‘Perder es cuestión de método’, están presentes aspectos como la solidaridad, la dignidad humana, la corrupción ¿cómo su cine reivindica las problemáticas de la sociedad?
-Para mí lo fundamental es encontrar una idea que me parezca lo suficientemente importante como para dedicarle tres años de mi vida. Generalmente son ideas muy sencillas, el deseo de hablar de la importancia de la solidaridad, de la paz, o lo terrible que es la corrupción, la violencia. Es una forma de reflexionar y de dar mi opinión, pues generalmente soy una persona muy callada, yo solo hablo cuando me preguntan, pero encuentro que el cine me permite hablarle al oído a las personas sobre temas que a mí me interesan.
En una entrevista usted comentaba sobre los lenguajes narrativos, que la televisión es más escuchar y el cine más visual. ¿Es así?
-La diferencia entre cine y televisión en cuanto a lenguaje visual es cada vez más pequeña. Las series de ficción de las plataformas se ruedan con las mismas cámaras y con las mismas herramientas con las que se hacen las películas. Hubo una época donde había una gran diferencia entre el cine y la televisión, porque la televisión se hacía en estudios y en directo, era muy acartonada, muy falsa. Pero eso también ha cambiado muchísimo, desde hace años la televisión empezó a evolucionar y a copiar del cine, su lenguaje. Con las plataformas ha cambiado aún más, en ciertos aspectos para bien, porque es verdad que hay mayor posibilidad para un cineasta de salir al público, anteriormente, las televisiones tenían esos espacios muy cerrados, muy precisos. Quizá la gente no lo sabe, pero uno puede hacer una película y encontrarse con que ningún distribuidor, ni exhibidor le interesa la película, a través de los años ha pasado muchas veces, de películas que se quedan engavetadas.
El cine como industria para dónde va con plataformas como NETFLIX, donde confluyen ese lenguaje del cine y la televisión.
-Como comentaba, ahora con las plataformas hay muchas más formas de salir con las películas, también la gente tiene una paleta más amplia para escoger qué ver, esos son los aspectos positivos. Sin embargo, también hay unos aspectos muy negativos, a mí personalmente me duele y me choca que hoy en día el poder de la industria audiovisual esté en manos de tecnócratas, de corporaciones que deciden qué es lo que se ve y no se ve. Estas plataformas son empresas que están hechas para ganar dinero, no son fundaciones buscando un mejor arte, y para eso, tienen sus fórmulas, sus algoritmos, sus especialistas que dicen qué le interesa ver a la gente. Todo eso va limitando muchísimo la creatividad del cineasta, porque hasta hace 20 o 25 años uno hacía una película y veía si había algún distribuidor que le interesara. Hoy en día ha dejado de existir el espectador y se han vuelto como clientes, si tengo 200 o 500 películas para escoger no soy cuidadoso. Yo creo que eso no es sano para la creatividad, que el poder y el control esté en manos de industrias tan poderosas. Toda la vida ha sido así, pero creo que cada vez es más asfixiante.
En un reciente festival FICCI, Felipe Aljure nos contaba que el cine colombiano va bien, está fuerte, se sigue desarrollando. ¿Cómo ve el cine colombiano?
-Yo creo que el cine colombiano hasta hace un año iba bien, porque se producía una buena cantidad de películas, y, sobre todo, creo que los cineastas colombianos son inteligentes, son arriesgados, no han caído en el error de escuchar los cantos de sirena de Hollywood. Ellos siguen insistiendo en hacer cine colombiano para colombianos y eso es muy positivo. Todos los cineastas sabemos, que es más fácil tener público con una comedia, que con un drama; sin embargo la mayor cantidad de películas son dramas, y no es que no se deba hacer comedias, yo también he hecho comedias. Considero que hay una actitud muy honesta de parte de los cineastas colombianos que se refleja en sus películas.
En sus películas siempre han estado actores como Humberto Dorado, su padre Fausto Cabrera, Frank Ramírez, ¿esta preferencia por algunos actores es por amistad u otro asunto?
-No por amigos, con excepción de Humberto Dorado que sí es amigo. Creo que en general los directores cuando tienen un personaje, pues siempre van a preferir a los actores que conocen. Cuando yo estoy imaginándome un personaje, pienso en un actor con el que he trabajado en el pasado, pues sé más o menos qué es lo que me va a dar. Pero cuando hay un amigo que le queda perfecto el personaje, yo prefiero al amigo (risas) es que es un gusto poder trabajar con los amigos; en cine hay mucho más poder para escoger los actores. Yo he trabajado con gente nueva en televisión en los últimos proyectos como el ‘Doctor Mata’, ‘La Pola’, ‘Garzón’; por ejemplo con Santiago Alarcón, no lo conocía, ni a Chichila Navia, y me encantó trabajar con todos estos actores.
En cuanto a la novela de Juan Gabriel Vásquez ¿hay algún proyecto para llevarlo al cine?
-Todavía no hay ningún proyecto, pero siempre hemos pensado que es un material que puede ser interesante para convertirse en una miniserie o en una película. En este momento estoy trabajando en otros proyectos y tal vez más adelante piense que se podría hacer con este libro.