por Ana María Khouri
La Navidad es el momento del año que inspira la unión, el amor, la reconciliación y la paz. Un hogar resplandece cuando entra la luz y el espíritu de la esperanza.
Una de las épocas que más disfruta la diseñadora Mónica Urquijo es la Navidad, cuando su creatividad la traduce en escenas donde los cantos celestiales, los pesebres, ángeles, las estrellas, palomas de la aurora, pinos, árboles, renos y las luces tenues de las velas celebran el vínculo del amor y la esperanza.
Este año en la decoración predominan el dorado y el blanco, con un toque de plateado, tonos que representan la sutil aurora que anuncia la llegada de Jesús.
En los hogares no puede faltar la paz interior, esa que ilumina los corazones en la época más linda del año. «Para mí es fundamental que la familia se una y goce el momento cuando los rincones empiezan a llenarse de estos símbolos que trae la magia de la Navidad», dice con mucha felicidad la diseñadora.
Recomienda que no puede faltar un árbol, símbolo de alegría, las guirnaldas en hojas de hiedra, laurel, pino o muérdago. La historia cuenta que los griegos, romanos, celtas y escandinavos las usaban por sus poderes mágicos o medicinales para curar las enfermedades. Por eso es lindo ver una mesa de comedor donde se presenta un camino simulando un bosque adornado con velas, ángeles, luces, renos y cristales.
Estos mismos motivos se pueden llevar a otros espacios, como mesas auxiliares, rincones, paredes, consolas de entrada y baños. Cada uno debe llevar siempre una vela con luz cálida y un toque de aroma de la Navidad. Mónica sugiere el del pino, canela, especies y manzana.
Los floreros se pueden llenar con toda la variedad de hojas que brinda la naturaleza de este tiempo, cuando se estrechan los lazos de unión y amistad.
Las puertas de las casas le dan la bienvenida a la familia y la diseñadora siempre las resalta con una guirnalda o una hermosa estrella que ilumina los caminos de la bienaventuranza.
Otra tradición que practica y sugiere a sus clientas es tener dulces, chocolates y mentas que la industria saca especialmente en este mes como símbolo de generosidad y para darle alegría e ilusión a los niños. Es abrir la celebración, es reconfortar las almas y fortalecer el espíritu a través de la armonía.
Mónica Urquijo resalta que en esta época se deben iluminar los hogares y los corazones dando gracias a Dios por las bendiciones recibidas.