“Qué habría sido de las mujeres en el patriarcado sin el entramado de mujeres alrededor, a un lado, atrás de una, adelante, guiando el camino, aguantando juntas.
¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? ¿Qué sería de las mujeres sin el amor de las mujeres?”: Marcela Lagarde
Por Fabrina Acosta Contreras
Cuando las mujeres se juntan pasan cosas poderosas, cada vez que las mujeres se reconocen y se encuentran, ejercen el acto más disruptivo y amenazante para el machismo, porque se permiten abrazar las diferencias para hacerse fortaleza y además se regalan el derecho a la ternura, al tiempo de calidad, a pausar para avanzar, a despertar la creatividad.
Eso mismo pasó en el Congreso Mujeres Imparables en Cartagena, propiciado por el Colectivo Traso en el que conectamos personas de todo el Caribe colombiano y de diferentes organizaciones sociales que siendo diversos, nos une un propósito común – la transformación social – el logro de una vida libre de violencias, en equidad e igualdad de derechos.
Estos espacios se convierten en experiencias potenciadoras, porque descubrimos que no estamos solas, que hay muchas personas y movimientos que están escribiendo grandes historias, que no se resignan a la corrupción, a que todo funcione mal o a la indiferencia social.
Gracias al Colectivo TRASO, vivimos dos días de conexiones profundas, reflexiones, tejido de experiencias, lecciones de resiliencia, resistencia creativa, grandeza caribe y visiones incluyentes; tenemos claridad colectiva que esta causa es con todos y todas, no es un tema de niñas y mujeres resolviendo una vida desigual y marcada por el patriarcado, es una búsqueda de un mundo rehumanizado en el que nos sanemos y salvemos del peso del racismo, el machismo, la misoginia y todo tipo de discriminación que nos aleja de la riqueza humana y nos reduce a ser entes negados a nuestra grandeza sentipensante.
El congreso Mujeres Imparables, nos potenció a todos y todas sin excepción, desde el arte, la música, las voces de masculinidades corresponsables, las experiencias pedagógicas, emprendedoras y visionarias, todo estuvo a la altura de nuestra esperanza como gestores culturales y sociales, como absolutos creyentes de un activismo social que nos movilice hacia mejores panoramas que sean aptos para la vida humana y que nos permita vivir en el marco de la garantía de los derechos y la plenitud de vivir sin miedos.
Lo que vivimos
Fue una agenda poderosa e inspiradora y conferencistas de primer nivel, un espacio para hablar de equidad de género, diversidad e interseccionalidad. La agenda de estos dos días permitió que los asistentes conocieran tendencias en diversidad, equidad e inclusión, en espacios orientados por Paula Torres, consultora de la firma Aequales.
Se presentaron los casos empresariales de Argos y Esenttia, el Foro concierto: Las mujeres en el vallenato, en el que participaron destacadas exponentes de este género musical: La acordeonera María Sara Vega, la cantante Iris Curvelo y la cantautora Imera Mejía Ovalle.
Otra de las invitadas fue la actriz Indhira Serrano, quien presentó las conferencias “Reconstruyendo imaginarios” y “¿Cómo me veo? ¿Cómo me ves?”.
Participaron además María Dilia Reyes, de la organización Artemisas del Caribe; Lorena Avilés, experta en EdTech, y la cantante y compositora Adriana Lucía.
Durante el Congreso Mujeres Imparables también se escucharon las voces de los hombres, para ello se desarrollará el conversatorio “Masculinidades tejedoras de nuevas realidades, masculinidades corresponsables”, liderado por la asociación Evas&Adanes, en el que participarán como invitados Luis José Daza, Víctor De Luque, Marco Turbay y Lissandro Pinedo.
El evento, contó con el apoyo de la Alcaldía Mayor de Cartagena y la organización Evas & Adanes, y sirvió de escenario para conocer los proyectos adelantados por estudiantes que adelantan un valioso proceso de formación en el marco del programa VibraStem de Colectivo Traso.
Este congreso nos recordó que no estamos solos y solas en nuestra apuesta social, que podemos tejer alianzas, no competir sino fortalecernos, identificarnos y avanzar desde una mirada generosa, incluyente, potenciada desde el respeto por las diferencias y superando imaginarios sociales de competencia y ego dañino.