En una inolvidable Batalla de Flores
“Los recuerdos me llevan a los años 60 y 70s, cuando la Batalla de Flores partía de lo que es hoy Villa Tarel, tomaba la calle 72 o Avenida Kennedy y bajaba por la carrera 43 o Veinte de Julio, para disolverse en la Calle Murillo.
Mi disfraz era un pantalón puesto al revés, lo mismo que una camisa y una chaqueta de vestido entero con los bolsillos por fuera; no llevaba máscara, solo pintadas las patillas y bigotes; lo hacíamos quemando un corcho que después pasábamos por la cara para simular la barba.
Unos años después y ya enamorado de la fotografía hice el mismo recorrido con una Canon AE 1 Program; las cantidades abrumadoras de maicena que se lanzaba al aire obligaba a estar constantemente cubriendo el lente. Eran los tiempos en que se contaba cuántas fotos le quedaban al rollo, por lo que se reprimía la emoción que producía ver las expresiones de los danzantes gritando ‘Uuuuepa Jeeee’, al saber que solo quedaba una o un poco más de fotos para terminar el rollo.
En 1991 la Batalla de Flores empieza a celebrarse en la Vía 40 y a los pocos años nos invade la tecnología con cámaras digitales, con memorias que permiten capturar cientos de fotografías. ¡Ahora sí! se le da rienda suelta a la emoción y a los dedos a disparar el obturador de las cámaras al ver los gestos de los danzantes despojados de su identidad, personificando a un animal, a un personaje de la película de moda, a un político de turno o simplemente acompañando al movimiento de los pies, que siguen el ritmo de los tambores.

Hoy cualquier fotógrafo que tiene la fortuna de hacer parte del río de gente, que baja por la vía 40, siente la descarga de adrenalina que produce el saber que cada gesto, cada brinco de los carnavaleros quedará inmortalizado en un registro digital para siempre.
Para un fotógrafo el estar inmerso entre la multitud de danzantes y disfraces del Carnaval barranquillero, significa ser presa de una cascada de descargas donde el ojo y los dedos se sincronizan al compás de los latidos del corazón”.

Fotos cortesía del autor de la nota Marco Tulio Molinares Carbonel
Marcotuliom54@hotmail.com