‘GPS familiar’, el ‘invento’ para estar conectados
¡Maravillosa! Así define Sandry Salcedo la relación con su esposo, el anestesiólogo Daniel Charris, y con sus hijas Valeria, reina del Carnaval 2022 y Andrea, quien aún está estudiando ingeniería industrial en la Universidad del Norte.
“Hemos generado un vínculo lleno de confianza, amor y complicidad pero dentro del respeto y los roles claros de mamá y papá; complacemos pero también regañamos”.
Si piden permiso para salir se consulta en familia las decisiones.
“Tenemos varias normas en nuestra relación, una de ellas la llamamos ‘GPS familiar’ y esto aplica para todos.
Consiste en notificar dónde estamos, si cambiamos de lugar, cuándo llegamos, para quedarnos más tranquilos, de que están en un sitio a salvo”.
Tanto Sandry como su esposo sienten la satisfacción del deber cumplido. “Las hemos educado enseñándoles a vivir y a disfrutar la vida con responsabilidad”.
Sandry es de Lorica, Córdoba, donde hizo su primaria en la Normal Santa Teresita del Niño Jesús y el bachillerato en el Colegio Departamental Lácides C. Bersal, donde su papá era vicerrector. Un colegio mixto del cual se graduó a los 15 años y enseguida se vino a Barranquilla para estudiar Medicina en la Universidad Metropolitana, donde se graduó en febrero de 1993 con honores. Obtuvo segundo mejor puntaje de la promoción, sin perder ningún semestre y ni ninguna materia.

Su formación profesional y su experiencia laboral en el sector salud la han convertido en una médica con una gran sensibilidad social, amante del arte, que se enamoró del Carnaval, fiesta que este año gozó como nunca antes lo había hecho, por dos!!!, y dentro del tejemaneje; ese corre-corre que viven los papás de toda reina y sobre todo que le cumpla al pueblo.
“Fue lo más hermoso ver a mi hija feliz, realizada. Ese era su sueño y en el fondo de mi corazón sabía que lo iba a lograr porque se estaba preparando para ello”.
Se siente gratificada porque se democratizó la compra de polleras; se le dio la oportunidad a muchos buenos diseñadores que no tenían visibilidad. Como se prolongó el Carnaval Valeria pudo ir a casi todos los eventos que la invitaron, entre culturales, folclóricos y de beneficio comunitario. A pesar de ello, unas polleras se quedaron sin estrenar; pero llegarán sus días.
A Sandry se le iluminan los ojos cuando habla de los logros académicos de sus hijas: “Ambas obtuvieron el mejor puntaje en las Pruebas SABER en sus respectivos años de graduación y por ello ambas fueron merecedoras de la beca a la excelencia por la Universidad de la Sabana en Bogotá. Andrea quería estudiar en Barranquilla y se postuló a la beca excelencia de la Universidad del Norte y la obtuvo durante toda su carrera, beca que ha conservado gracias a su excelente promedio que la ha hecho merecedora de pertenecer al cuadro de honor de la facultad de ingeniería Industrial.
Ambas son bailarinas de escuela y han representado al Atlántico y al país en eventos dancisticos como ‘Niños de Colombia bailan’.

Para esta orgullosa mamá, Vale y Andre, como cariñosamente llama a sus hijas, son su razón de ser, de vivir. Cada una brilla con luz propia. “Son muy unidas. Cuando niñas eran estratégicas para pedir los regalos al Niño Dios. Si una quería una muñeca, la otra pedía un triciclo: como si se pusieran de acuerdo. Al fin de cuentas ambos regalos los compartían hasta para jugar con sus amiguitas”.
Sandry vive en modo ‘mamá’, súper pendiente de ambas hijas, que son sus princesas.
