“Pudo haber sido coincidencia, pero encontrarte para mí fue una especie de milagro” : – (Quetzal Noal, Manuel Sánchez B., poeta mexicano).
“Andábamos sin buscarnos, Pero sabiendo que andábamos para encontrarnos” : – (Julio Cortázar, escritor argentino).
“El amor y la muerte son engendros de la suerte” : – (Pio Baroja, escritor español).
Colaboración de
Roque Herrera Michel
¡Qué casualidad! Coincidir en el sitio y hora precisos en que el destino misteriosamente nos hizo cruzar con alguien muy importante en el capítulo amoroso de nuestra vida.
Si analizamos la historia de nuestra vida amorosa encontraremos casualidades y coincidencias que conspiraron para que las cosas se dieran tal cual hoy la conocemos.
“Tantos siglos, tanto mundos, tanto espacio … y coincidir”… .como dice la letra de la canción del mexicano Alberto Escobar que hizo famosa Pablo Milanés.
¿Por qué y para qué el destino nos unió a la persona que hoy es nuestra pareja? Fue un capricho de Cupido que en el momento y sitio inesperado lanzó su flecha cargada de amor la cual atravesó dos corazones necesitados de compañía.
A veces nos preguntamos ¿qué hubiera sido de nuestra vida, en donde estaríamos a estas alturas, si no nos hubiéramos encontrado y enamorado de nuestra actual “media naranja”? Fue un encuentro que cambió el rumbo de ambas vidas. Si no se hubiera dado ese flechazo nuestros hijos que tanto queremos tal vez no habrían nacido y ellos no serían lo que son hoy.
También nos cuestionamos si el destino nos hubiera unido a otra pareja diferente a la de hoy probablemente viviríamos otra vida y habrían existido otros hijos que nunca nacieron.
Otro escenario posible en nuestra vida pudo ser que nunca hubiéramos encontrado nuestra media naranja y que no hubiéramos procreado, siendo nuestra vida muy distinta. Dios y el albur sólo lo saben!
EL FLECHAZO
En el amor no existen reglas… Muchos coinciden en que, por una suerte de circunstancias inexplicables se conoce “al amor de nuestra vida” en el momento y lugar menos pensados. Un poeta decía que “a veces el amor llega vestido con los ropajes que uno menos se imagina”.
A veces en ese coincidencial momento surge “el flechazo” o amor a primera vista (al que ahora llaman “taming”) en el que inconscientemente se altera nuestra química interior y sentimos “filling” llegando a pensar que esa es “la persona hecha a nuestra medida”. Pero no siempre es así pues en ocasiones en un primer encuentro pueden darse reacciones de indiferencia o rechazo los cuales con el tiempo se trastocan por amor.
El investigador español Josep Guijarro, en su libro “Más coincidencias, imposible”, reseña el caso ocurrido en agosto del 2008 en el Reino Unido del matrimonio entre Dale Wilson y Kelly Robinson. Ambos coincidieron de recién nacidos en la misma sala del hospital y el mismo día, pero sorprendentemente sus vidas no volvieron a cruzarse hasta 20 años después, el 10 de abril del 2006, cuando una flecha de Cupido les juntó, sin que entonces pudieran sospechar que, en realidad ya se conocían, porque sus madres habían dado a luz al mismo tiempo y en el mismo sitio”.
¿DESTINO, CASUALIDAD O CAUSALIDAD?
El célebre psicoanalista suizo Carl G. Jung acuñó el término ‘sincronicidad’ para referirse a dos hechos vinculados de manera simultánea y de forma casual.
Es así como en el transcurso de nuestra existencia nos cruzamos con situaciones, personas o sucesos que se presentan de forma inesperada y que dan un giro a nuestra vida. Es entonces cuando nos cuestionamos del por qué o para qué ocurrió tal cadena de hechos dándole tres posibles explicaciones que usted debe escoger:
- PRIMERA EXPLICACIÓN: MALABARISMO DEL DESTINO: Así estaba escrito. Le podemos llamar “designios de Dios”, o el karma… o magia pura… El destino entreteje un plan para cada uno de nosotros en la que de forma inexorable se van presentando las escenas y los personajes con los que se va hilvanando la historia de nuestra vida. Nada ni nadie se presenta por azar. Tenemos un destino marcado del cual no podemos escapar, como si de un mapa de ruta se tratara. Independientemente del camino que tomemos, nuestro fin es llegar a ese destino.
- SEGUNDA EXPLICACIÓN: PURA CASUALIDAD: Las cosas acontecen de forma casual, debido al azar, sin propósito alguno. Ocurren sin más. No hay que ponerle tanto misterio ni romanticismo. Las situaciones que vivimos y las personas que conocemos se presentan por circunstancias fortuitas propias del azar y de las leyes de las probabilidades.
- TERCER EXPLICACIÓN: CAUSALIDAD. Causa y efecto. Las personas más racionales piensan que lo que nos sucede es debido a decisiones que antes hemos tomado. Los seres humanos vivimos la vida como sujetos activos y responsables de lo que nos pasa. Las cosas buenas o malas de la vida uno mismo se las busca, ya sea consciente o inconscientemente. Somos la consecuencia de las decisiones que tomamos.
¿Cuál es la explicación más acertada? Depende de cada uno, de su forma de pensar y asumir el mundo. Quizá a estas alturas de su vida amorosa no busca ni le interesen explicaciones y opte por ver que lo acontecido es una simple causalidad. Otros prefieren encontrar en la historia de su vida afectiva existe algo mágico que le ha sido conferido y que está esperándole algo escrito y destinado para usted. También existen quienes se inclinan más bien por la causalidad pues les gusta tomar decisiones, tener control y ser responsables de su vida.
Lo cierto es que algunas personas piensan (y en eso nos identificamos) en que destino, casualidad y causalidad se dan la mano. La trama de nuestra vida amorosa es una mezcla de las tres explicaciones, pues el amor tiene algo de mágico, loco e irracional que escapa al más sesudo pensamiento lógico y científico.
EN EL AMOR…. “CAMINANTE, NO HAY CAMINO”
“Caminante no hay camino… camino se hace al andar… y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. (poema de Antonio Machado y que Joan Manuel Serrat hizo canción).
Cuando se mira hacia atrás, con otra perspectiva, se puede ver más claro. Todas las personas que han estado en tu vida amorosa han sumado. Incluso aquellas que en principio se piensa que no aportaron nada positivo. Si lo analizamos seguro que sacamos un aprendizaje o salimos reforzados de esa experiencia negativa.
Esas “malas experiencias amorosas” nos han servido para aprender realidades de la vida. Para ponernos a prueba, a retarnos y madurar adquiriendo defensas emocionales que antes no teníamos y que nos sirven para no cometer los mismos errores. Si bien es cierto que nos pusieron en una situación difícil, al límite, todo lo aprendido nos llevó a actuar de otro modo el resto de nuestra vida.
Es por eso que tenemos que valorar el camino que el hado nos ha regalado y hecho recorrer, así como las personas que nos acompañan y nos han acompañado en ese recorrido vital en medio de inesperadas alegrías e incertidumbres. Reconoce lo afortunado(a) que eres por las bendiciones y aprendizajes que te ha traído cada encuentro amoroso y la posibilidad que te ha dado finalmente la vida para enriquecerte a ti y a tu pareja, hijos y demás seres que has conocido a través de ellos.
roquehmichel@hotmail.com