LA MIA NOSTALGIA
Su obra en la Aduana:
un regalo para los amantes del arte.
“La Mia Nostalgia es solo un episodio más, donde Isabella muestra lo sensible y fuerte, lo profunda y satírica, lo sustancial y lo ligera que puede ser a través de su arte y en su vida, para afrontar cada situación, compartiéndonos de ese regalo que el arte le ha dado”.
“El arte llega a la vida de Isabella oportunamente como un valioso regalo. Como una herramienta de comunicación que le ha permitido cuestionar, sentir, inmortalizar y afrontar cada momento, materializándolo a través de su obra.
Cuenta su madre que las primeras pinceladas eran la mejor forma de comunicarse cuando un diagnóstico preliminar de autismo sugería limitaciones en su expresión “normal”. Al crecer, tímidamente el arte seguía traduciendo cada pensamiento, sentimiento y creencia, pero sin despertar del todo la pasión que un gesto de amor por su hermano, materializado en un par de zapatos pintados, causaría para establecerse como un propósito y un oficio para la vida.
Andrs Ribón, Curador
“Cuando los óleos, acrílicos y pigmentos empiezan a ser el único protagonista, la vida le recuerda a Isabella que ella también lo es. Su rostro y su cuerpo empiezan a ser una obra en sí misma, y el vitiligo, sin saber de técnicas, hace como quiere para dejar su marca, la cual ella porta como la mejor de sus obras, según ella misma afirma.
El curador de la exposición Andrés Ribón anota que “El trabajo artístico de Isabella se sumerge en un contraste provocador entre la historia y su rico contexto, la ironía y la sátira. Construye narrativas visuales que despliegan confrontaciones desafiantes, donde la ligereza que caracteriza la contemporaneidad se ve contrastada por la nostalgia de lo histórico, de lo complejo y de lo sustancial.
La Mia Nostalgia es solo un episodio más, donde ella muestra lo sensible y fuerte, lo profunda y satírica, lo sustancial y lo ligera que puede ser a través de su arte y en su vida, para afrontar cada situación, compartiéndonos de ese regalo que el arte le ha dado.”
¿Es posible experimentar nostalgia por elementos que nunca nos pertenecieron o por artículos que no corresponden a nuestro tiempo?
Me gusta pensar que sí.
Con los periódicos antiguos, siento una nostalgia particular, un romanticismo por los titulares, las ilustraciones e incluso los elementos publicitarios. La nostalgia es un sentimiento increíblemente interesante porque combina dos emociones clave: la felicidad y la tristeza.
El concepto de dualidad también me resulta fascinante, especialmente cuando se suma la necesidad de criticar y cuestionar el contexto que nos rodea.
Ella cuenta que desde muy pequeña soñaba con vivir en Italia, un sueño heredado de su padre, quien solía decirle: “Algún día irás a Florencia a estudiar arte”.
Y así lo hizo. Esto despertó en ella una necesidad de cuestionar las figuras más icónicas del Renacimiento italiano y la mitología romana. “Encontré temas provocadores, fallas morales y tabúes, aunque continuaban siendo adoradas como dioses”.
Los ilustrados del siglo XVIII, en cambio, adoptaron una perspectiva negativa frente a la mitología, considerándola fruto de la ignorancia y del engaño.” (Meletinski, 2001: 11).
“En el Renacimiento surgió un nuevo interés por la mitología antigua, percibida como un conjunto de alegorías poéticas de carácter moral, como manifestaciones de sentimientos y pasiones de la personalidad humana en su proceso de emancipación y también como expresión alegórica de verdades religiosas, científicas y filosóficas”.