“Tres cuartas partes de los problemas de este mundo se acabarían si nos escucháramos los unos a los otros”: Mahatma Gandhi
por Roque Herrera Michel
Psicólogo
Las personas más apreciadas y populares son aquellas que escuchan a los demás. Las buscan y prefieren pues sienten que por fin alguien los escucha y los comprende en este mundo.
En muchas ocasiones estamos más pendientes de lo que nosotros pensamos y sentimos en vez de escuchar activamente al otro. Al escuchar liberamos al otro de algo que necesita compartir, y mediante nuestra escucha y aceptación logramos el entendimiento tan necesitado en las relaciones humanas.
¿Cuál es la forma de escuchar que más utilizamos en nuestras vidas? Estudios psicológicos de la comunicación indican que los cinco niveles progresivos de escucha activa son los siguientes:
1- Ignorar y no escuchar al otro. No hay comunicación
2- Escucha fingida: simulo que escucho… pero en realidad no me importa lo que el otro me dice.
3- Escucha selectiva: yo escucho solo a unos pocos… al que se me dé la gana… a mis amigos favoritos… Al resto los ignoro.
4- Escucha racional: es una comunicación parcial en la que se escuchan las ideas… pero no los sentimientos del otro. Se escucha la letra, pero no la música.
5- Escucha empática: es una comunicación profunda en que se escuchan y se tienen en cuenta tanto las ideas como los sentimientos de las personas involucradas. Esta comunicación es la ideal y requiere de tiempo, confianza y de un sitio adecuado.
Todo ser humano (sea niño, joven, adulto, persona mayor, pareja, familiares, amigos) pretende que aquellos pocos seres que le son importantes les dedique tiempo para que los escuche y atienda, pero de una manera genuina y empática… y que no se les juzgue o condene sin ser escuchados.
Cuando vemos que el otro nos juzga antes de habernos escuchado levantamos un muro inconsciente entre nosotros y ese otro… y empiezan los conflictos. Escuchar objetivamente y sin condenar evita las discordias, hace que nos acerquemos más a la verdad, genera empatía e integra más las relaciones afectivas con las personas más significativas en nuestras vidas.
Escuchemos y después decidamos qué conducta seguir con aquello que de viva voz nos comunican… pero no decidamos sin antes haber escuchado al otro. Aquellos que precipitadamente juzgan antes de que la otra persona haya terminado la primera frase, lo que hacen es callar voces y cortar la comunicación. Con el tiempo lo que consiguen es crear un clima de desunión, desconfianza y resentimiento profundos en sus grupos familiares, laborales o sociales.

TÁCTICAS PARA INCREMENTAR LA HABILIDAD DE ESCUCHAR SIN JUZGAR A LOS DEMÁS
Mencionamos consejos claves para escuchar y entender un asunto desde el punto de vista del que habla, callándonos para escuchar al otro a plenitud:
- Adentrémonos en el mundo de los demás disponiéndonos a vivir el aquí y el ahora con ese otro ser. Desconectémonos y concentrémonos en el mensaje que él o ella nos quiere expresar.
- Cuando alguien nos quiere decir algo que le es importante, evitemos chequear desde el primer segundo si las ideas que nos expresa están o no de acuerdo con nuestra forma de ver el mundo.
- No pensemos en nada. pongamos la mente en blanco para de manera receptiva percibir realmente lo que el otro nos está transmitiendo. Callemos nuestros diálogos internos y la parte crítica que evita comprender a profundidad lo que nos están diciendo.
- Escuchemos la letra y la música de nuestro interlocutor. Percibamos no solo la idea sino el contexto: sus expresiones y gestos para captar las emociones que también él o ella nos transmite.
- En este diálogo no se quede callado… fomente que el otro se exprese utilizando preguntas o frases cortas pero sinceras de asentimiento (ya veo, uh, etc.). De vez en cuando parafrasee, resumiendo brevemente en sus propias palabras, lo que cree entender de lo escuchado. Así mismo cuide que su lenguaje no verbal denote que está escuchando con todos sus sentidos (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo hacia adelante, etc.).
- No se distraiga ni interrumpa a la otra persona. No “aborte” el diálogo ofreciendo prematuramente ayudas o supuestas soluciones. Tampoco termine contando su propia historia o imponiendo su opinión o versión de los hechos, sin haber dejado finalizar al otro.
- No nos dejemos llevar por prejuicios, rumores, apariencias, falsas impresiones o situaciones del pasado sucedidas con esa u otras personas que inconscientemente nos recuerda el que nos habla.
Salgamos de nuestra burbuja y ejercitemos el difícil arte de escuchar activamente y con conciencia plena, concentrándonos en los mensajes que nos intentan comunicar las personas más significativas de nuestro mundo. A no dudarlo esta mutua escucha y comprensión traerá mayores y más intensos momentos de paz y felicidad a nuestras vidas.
roquehmichel@hotmail.com