‘Simplemente sé feliz’
por Claudia Martelo foto cortesía Talina Meza @talimeza_fotografia
Los que conocemos a Ana María Peláez sabíamos que no se iba a quedar quieta.
Siempre en una búsqueda constante de amistades, retiros, cursos y libros, finalmente se dio cuenta de que tenía que buscar la felicidad dentro de ella. Decidió dejar un legado con su libro Simplemente sé feliz, el que ha tenido tal acogida que ella ya está trabajando en el próximo y estará en México en diciembre en la feria de Guadalajara para abrirse al mercado mexicano y posteriormente al latinoamericano.
A partir de la contemplación, Ana María quiso mezclar los pensamientos y la reflexión con bellísimas fotografías que invitan, de forma sencilla, a aplicar esta técnica milenaria que puede ser una alternativa a la oración y la meditación, para encontrarnos con nuestro ser.
Sus amistades y su familia fueron su motor para inspirarse en ayudar a los demás, lo que siempre ha sido su prioridad y lo que ha visto en su casa desde que tiene uso de razón. Su mamá, Ana, siempre trabajando en pro del empoderamiento de los niños por medio del deporte, y su hermana Diana, fomentando la cultura a través de la educación desde la primera infancia, siempre han optado por el bien de la comunidad. Cabe resaltar que una parte de los fondos que recauda con el libro, que ya se encuentra en las principales librerías del país, son destinados para la Fundación
Tiempo Feliz que tiene con ellas. A Ana María siempre le gustó escribir. Recopilando los diarios que tenía desde niña y los cursos y foros a los que asistió durante mucho tiempo, soñó con cambiar su vida y dejar este legado para ayudar a las personas a trabajar por el ser. “Hay una gran infelicidad: en el trabajo, entre las parejas. Las personas se pasan la vida buscando y la felicidad está a la mano”, dice la autora.
La fotografía, elemento fundamental en su libro, es una manera de hacer un homenaje a sus seres queridos y una forma de contemplar a través de las imágenes . “Cuando puedes desconectarte de todo lo que hay a tu alrededor y te concentras en la simpleza de la foto, la belleza de la naturaleza, estás haciendo contemplación.
Cuando logras detener los pensamientos, puedes escuchar tu corazón, fluye la creatividad, miles de cosas positivas ysueños afloran y logras conectarte con tu ser. En ese momento creces y suceden cosas maravillosas”, concluye Ana María, una persona que nació para ayudar a los demás.
Su labor no se queda allí. Además de su libro, está dictando charlas para transmitir y crear conciencia y ayudar a las personas en la búsqueda tan preciada de la felicidad que, según ella, está al alcance de todos.