por Fausto Pérez Villarreal
El más grande homenaje que se le puede tributar en vida a un personaje, en reconocimiento a sus logros, es que ‘bauticen’ un escenario con su nombre.
“No hay otro honor que lo iguale”, asevera el veterano periodista Chelo De Castro C., principal promotor de que al estadio de fútbol Metropolitano se le llamara definitivamente ‘Roberto Meléndez’.
“Honor a quien honor lo merece –enfatiza don Chelo, a sus 88 años, dueño de una asombrosa lucidez-. Los escenarios deportivos deben llamarse como sus grandes figuras deportivas”.
Así está aconteciendo con Édgar Rentería, el único beisbolista colombiano que puede pregonar a los cuatrovientos que fue dos veces campeón de la Grandes Ligas, erigiéndose en bastión esencial y conectando imparables decisivos en los títulos de sus novenas, Los Marlins de Florida (1997) y los Gigantes de San Francisco (2010).
Con esa serenidad que siempre se le vio en el plato, frente al pitcher de turno, y la mirada fría, Édgar asegura sentirse contento por la distinción de que el nuevo estadio lleve su nombre, pero aclara que por su mente jamás pasó esa posibilidad ni en el más fugaz y remoto de sus pensamientos.
“Todo lo que hice en el béisbol fue por mi carrera, por mi familia y por Colombia. Nunca esperé nada a cambio. Lo que sí me emociona, en gran medida, es que tengamos el mejor estadio de béisbol de América Latina, con todas las especificaciones para recibir un juego de Grandes Ligas. Y esto es muy bueno para nuestras nuevas promesas y para el béisbol mismo”.
Con una inversión superior a los 50 mil millones de pesos, aportados por la Gobernación del Atlántico y el Distrito de Barranquilla, la construcción del majestuoso diamante comenzó el 16 de agosto de 2016, 47 días después de ser demolido el antiguo estadio Tomás Arrieta, en la carrera 54 con la Vía 40. El gran objetivo es servir de escenario del béisbol de XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe con sede en la capital del Atlántico entre el 19 de julio y el 4 de agosto de este año.
“Un estadio digno de un país del primer mundo”. Así define el periodista José Marenco, especialista en el deporte de la pelota caliente, el nuevo escenario, que tiene capacidad para 12 mil personas y cuenta con 16 palcos y uno presidencial para las máximas autoridades.
Además de su reluciente diamante, verdoso y parejo, con arcilla y bases importadas, el terreno posee un sistema en forma de dos espinas de pescado que drena todo el agua que le cae al campo de juego, según lo explica la directora dela obra, la ingeniera Laura Gutiérrez.
“Los ramales están compuestos por tuberías entre 8 y 6 pulgadas y la principal tiene de 12 a 14 pulgadas. Tiene filtros en todas partes, una grava que permite que el agua drene y llegue a los filtros para evacuarla rápidamente del campo”.
Los periodistas gozarán de todas las garantías para desarrollar sus trabajos: cabinas adecuadas con aire acondicionado y una gran sala de prensa.
En el interior se encuentra un amplio gimnasio; la oficina de los mánagers, el cuarto de los umpires, la sala antidopaje, jaulas de bateo, la enfermería, las cafeterías y restaurantes y el museo destinado al béisbol colombiano. En fin, un escenario que no tiene nada que envidiarle a los grandes diamantes beisboleros del mundo.
fotos cortesía de Luis Miguel Charis de la oficina de prensa de la Alcaldía