alivia múltiples afecciones
Este polvo blanco y suave al tacto como la harina tiene múltiples usos; las abuelas lo utilizaban como “milagroso” para algunas enfermedades. En la gastronomía es un agente fermentador de los productos horneados; ayuda a que las masas se esponjen y adquieran una consistencia suave. En la antigüedad, muchas civilizaciones lo usaban como ingrediente para hacer pan y otros alimentos que necesitaban aumentar de volumen. Es muy bueno para las picaduras de insectos: dos cucharadas de bicarbonato de sodio en cuatro cucharadas de agua; esta mezcla espesa se aplica suavemente en la zona afectada “y santo remedio”. Alivia los síntomas de indigestión y las úlceras, pero se recomienda su consumo en pequeñas cantidades.
Una cucharadita de bicarbonato de sodio en un vaso de agua es lo ideal. Esta bebida también ayuda a bajar el colesterol. Se utiliza además para combatir los microorganismo que causan la gripa.
Es fabuloso para erradicar la caspa. Añada un poco de bicarbonato de sodio al champú y masajee el cabello con esta mezcla; deje unos minutos para que actúe sobre el cuero cabelludo. Enjuague y repita esta acción durante el lavado del cabello un par de veces a la semana. Y verá los resultados. El bicarbonato de sodio es uno de los mejores exfoliantes. Basta mezclar tres cucharadas de este producto en un cuarto de vaso de agua. Luego frota de manera circular sobre la zona a exfoliar y enjuague. Esta mezcla sirve para eliminar las células muertas y si se combina con miel de abejas se transforma en una maravillosa crema para las manos.
Mucho cuidado!!! su consumo excesivo puede afectar la salud. No se recomienda en pacientes hipertensos.