Es normal que cuando una relación no funciona y se termina, duela tanto, o quizás más, que una herida física, porque se siente en el alma, ahí adentro, donde nadie puede entrar para aliviar. A todas nos puede pasar en algún momento de la vida, o a una amiga muy allegada. A ella le ponemos el hombro para que llore y se desahogue. El problema aflora cuando uno no puede sacar de la mente al ex; cuando uno se tropieza con alguien relacionado con él o ella; o cuando pasa por los lugares donde disfrutaron momentos agradables: un restaurante, una pizzería, una heladería, una discoteca, un parque. Son demasiados recuerdos para olvidar. Palabras más, palabras menos, la misma persona es la que debe poner de su parte. Es normal que te sientas herida en tu interior, en tu amor propio, sobre todo si hubo infidelidad. Esto no es una receta gastronómica, pero sí una fórmula para el alma: tienes que aceptar que la relación ha terminado y empezar a olvidar a tu ex. No insistas ni lo pienses mucho. Una buena manera para olvidar es escribir tus sentimientos en un diario. Imagínate que a medida que escribes vas dejando tus pensamientos para que se queden en el papel. Sal a la calle y disfruta el aire fresco. No es recomendable que estés encerrada por largo tiempo. La vida no ha terminado por haber dado fin a tu relación. Debes crear nuevos recuerdos con nuevos amigos o amigas. Practica un deporte, prueba nuevos platos. Gasta lo que puedas en tu vestuario porque ahora es solo para tí. Haz lo que nunca pensaste hacer. Llora hasta desahogarte. Saca el dolor, grita, compártelo con los demás hasta que no queden más lágrimas en tus ojos. Conversa con tus familiares, los que más cerca están de ti, hasta que te canses. Piensa en lo que te pasó pero no dejes que se convierta en una obsesión. Concéntrate en tu trabajo: eso te ayuda a mantener la mente ocupada. Intenta ser positivo. De todo lo malo que le sucede a uno en la vida siempre se aprende. El tiempo lo cura todo. Te volverás a enamorar. Mira hacia adelante y sigue. Es el momento de pensar de manera egoísta: solo en tí. Mientras estés de duelo no tomes decisiones importantes. Déjate ayudar de familiares y amigos. El dolor puede durar días, semanas o meses. No te impacientes. Cierra ese capítulo de tu vida, porque mañana es otro día!