Endulza la vida sin azúcar
La ingeniera barranquillera Carolina Rueda Blanco, con el apoyo de su familia y de algunas personas e instituciones que Dios le ha puesto en su camino, dio vida a un sueño: Atalú, un concepto novedoso e incluyente en la región Caribe.
Se trata de un emprendimiento que lleva felicidad a sus clientes, ya que es el único concepto definido de pastelería sin azúcar en Barranquilla.
Muchos de esos clientes le dicen: “Busqué en Google pastelería sin azúcar en Barranquilla… y me salen solo ustedes”.
Son productos deliciosos y confiablemente saludables, ideales para simplemente degustar o para la celebración de cumpleaños de familiares con restricciones médicas o enfermedades delicadas. El 80% de sus compradores son diabéticos, muchos de los cuales agradecen la existencia de esta opción pues “volver a consumir un postre con tranquilidad es un verdadero regalo”.
Atalú también satisface las dulces necesidades de personas que están inmersas en la onda ‘fit’ y que cuidan su dieta alimenticia.
Esta propuesta impregnada de salud y amor familiar es un llamado a la gente a concientizarse sobre las consecuencias del exceso de azúcar en nuestras vidas.
“Nos hemos esforzado porque la textura de nuestros productos sea lo más parecida a la pastelería tradicional”.
Las recetas son creaciones propias. Carolina es Ingeniera Industrial con especialización y maestría en Mercadeo. Estudió Pastelería en Gato Dumas. Es además docente en la Universidad Sergio Arboleda.
“El nombre Atalú fue inspirado en mi abuelo materno, Luis Blanco Cortés, a quien yo le decía ‘Abuelo Ata’ y unido a ‘Lu’ por salud. La pluma del logo es porque él siempre utilizó sombrero con pluma, siendo un símbolo de conexión con él que desde el cielo me bendice”.
El proyecto comenzó en el 2015 a través de su hermana Laura. Nació en un estrecho y caluroso local y a los dos años, en el intento de crecer se presentaron dificultades, quedándose sin lugar de operación y por poco cierran.
“Pero bien mi madre (Vera Blanco) me ha inculcado que Dios escribe derecho en renglones torcidos, y cuando creí que iba a tirar la toalla, fue con la ayuda de ella que encontré el local fábrica y después abrimos el local de café y pastelería en la Carrera 43 No. #84-33 en el que empezamos a escribir una nueva historia”.
A lo largo de estos cinco años he contado con el apoyo del Centro de Crecimiento Empresarial MacondoLab de la Universidad Simón Bolívar; la Fundación Gases del Caribe, a través del programa Microempresario Estrella; y el Fondo Emprender del SENA con el que salió beneficiada en el 2020. En sus proyectos está abrir en marzo de 2022 un segundo punto de venta en la ciudad.
Otro factor diferenciador de Atalú es la personalización con la que se atiende a cada cliente: “Para nosotros cada uno es especial, por eso decimos que ‘horneamos historias’ imprimiéndole a nuestros productos (bebidas calientes, batidos, tortas, pastelería y salados) con el amor con el que mi equipo de trabajo brinda sus servicios para satisfacerlos”.
Carolina anota que a veces no duerme pensando en más y más ideas para la empresa. «Yo siento una bendición muy especial, he vivido tantas experiencias en las que percibo el respaldo de Dios, quien seguirá abriendo caminos para que la empresa siga creciendo. Sueño con ver mi emprendimiento en muchas ciudades de Colombia, como una empresa líder en productos sin azúcar”.