Cónsul de Colombia en Atlanta
por Loor Naissir
El gineco-obstetra y ex senador guajiro Bladimiro Cuello Daza se hace notar como Cónsul de Colombia en Atlanta, Georgia. Su oficina es de puertas abiertas: no tiene secretaria; él mismo atiende a la gente que llega, las llamadas por el fijo y por el celular; y cuenta con dos vicecónsules y otros dos funcionarios encargados de la parte administrativa.
También le colabora un voluntariado que organiza las actividades culturales y folclóricas para mantener unidos a los colombianos residentes en Georgia, Alabama, Kentucky, Mississippi, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee, su jurisdicción consular.
Están registrados unos 200 mil; muchos de ellos se han acercado en persona para inscribir su cédula para votar en la elección de presidente. En estos días se siente la fiebre patria en Atlanta.
El Cónsul sacó un espacio de su apretada agenda para atender a LA OLA CARIBE. Fue una cálida conversación durante la cual trajo a su memoria su infancia en Distracción, Guajira, donde nació y estudió la primaria.
Es el penúltimo de ocho hermanos; cuando falleció su madre él apenas tenía 10 años. Por eso su hermano mayor, el neurólogo Jorge Daza (f) se lo trajo a Barranquilla para que estudiara bachillerato en la Normal de Varones. Después terminó medicina en la Universidad Metropolitana y se especializó en ginecoobstetricia en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Regresó a su Guajira del alma a ejercer su especialidad en Fonseca y Barrancas. Diez años después le propusieron ser diputado y jocosamente dice: “Caí en la trampa”.
Por su carisma y su don de gentes se ganó al pueblo guajiro repitiendo la Asamblea. Después fue senador y representante a la Cámara por el partido conservador. “Me mantenía resolviendo los problemas de los demás y me olvidaba de los míos y de los de mi familia”. Antes de llegar a Atlanta fue Cónsul de Colombia en Chicago.
Su oficina refleja la sencillez de su manera de ser. Tiene la bandera de Colombia y la de Estados Unidos, un cuadro con la imagen de Simón Bolívar (sin colgar) y un escudo del consulado de Colombia.
El día de la entrevista llegaron más de treinta personas y todos querían hablar con él. Además de los servicios consulares de pasaportes y visas, él hace funciones de registrador y hasta de notario, con excepción de casar y divorciar. Es uno de los consulados de Colombia con mayor movimiento en EE.UU.
A Bladimiro le toca también visitar las cárceles donde están los colombianos pagando sus condenas; la mayoría por narcotráfico. Se lleva los bolsillos llenos de billetes de 1 dólar para brindarles gaseosas de las maquinitas y constatar que sean bien tratados.
Las fiestas del 20 de julio, las novenas de Navidad, las exposiciones de pintura y otros eventos que promueve el consulado cuentan con el apoyo del voluntariado que, como su nombre lo dice, trabaja desinteresadamente para mantener unidos a los colombianos.
El pasado 20 de julio se le hizo un homenaje a los juglares vallenatos Aurelio Núñez, Dummer Marín, Franklin Moya, Mauricio Martínez y Johnny Gámez.
Se le aguaron los ojos porque esos maestros del vallenato le recordaron a su hermano que tanto amaba esta música.
El consulado cuenta con página web y una oficina siempre abierta a cargo de este extraordinario guajiro, atento y dispuesto para consolidar la unión de los compatriotas que requieran los servicios del Consulado, y para los estadounidenses y ciudadanos de otras nacionalidades que deseen visitar Colombia o conocer información relacionada con nuestro país.
Bladimiro está haciendo patria en la lejanía, con su esposa, Marta Yaneth García, guajira como él, y su hijo Nicolás.