Más allá de las redes sociales
Colaboración de Samira Navarro
Nutricionista Dietista
En la era de la tecnología, las redes sociales están en su apogeo, lo que permite ampliar la comunicación pero en algunos casos puede desinformar a los seguidores. Por eso es importante consultar con el profesional.
En el caso de la nutrición, muy de moda hoy día, es importante diferenciar entre llevar un estilo de vida saludable y la restricción o prohibición de alimentos, ahí es donde entra en juego ‘la alimentación consciente’, que nos permite estar en el momento presente, el aquí y el ahora cuando ingerimos los alimentos; es el arte de elegir cada alimento, disfrutar cada bocado, los olores, las texturas, los sabores y las sensaciones de placer o saciación que conectan en el eje cerebro/ alimento.
Para ello es importante conocer de la ciencia de la nutrición, reconocer que los alimentos nos conectan con las emociones, recuerdos, vivencias gratas o no, la familia, antepasados y ancestros. Cuando se prohíbe un alimento o se etiqueta como malo esa conexión se rompe y empieza a suceder algo en nuestro cerebro, la química cerebral cambia ‘algo está prohibido’, al cerebro no le gusta la prohibición, es extraño; pero realmente anhelas lo prohibido y en ese momento surge más adrenalina y cortisol, hormonas y neuroquímicos del estrés que te invitan a compensar las sensaciones desagradables propias de estas sustancias químicas, equilibras con placer y ¿Dónde hallamos el placer de forma inmediata en la era moderna? En la nevera o refrigerador y comienza el comer compulsivo, el síndrome del comedor nocturno, sin consciencia, el hambre emocional que no identificamos y luego de unas semanas el sobrepeso, el susto de subirse a la báscula y la obesidad asomándose, aunado a ello el sedentarismo que se manifiesta constantemente en la mayoría de la población.
Por esto es importante conocer la ciencia de los alimentos, aprender mercado inteligente, leer etiquetas, no solo guiarse si es ‘light’ o no porque un alimento es ‘light’ en comparación a otro, no quiere decir que baje de peso, solo que es reducido en calorías, en azúcar o grasa, entonces a partir de lo que llevamos a casa es donde empieza el cambio, en el mercado; porque si lo compras, te lo comes. Ahí en el mercado inteligente comienza la alimentación consciente y se termina cuando te sientas en el comedor sin televisión, sin celular, en un ambiente agradable, con música de tu agrado, con la mente y el cuerpo dispuesto a alimentarte, no a llenarte, a obtener un beneficio para que los alimentos sean tus aliados, no tus enemigos. Recuerda… cuando la alimentación es buena la medicina no es necesaria.
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